En cada hogar surgieron espacios de trabajo... improvisados, muchas veces un tanto incomodo en donde poco a poco nos dimos cuenta y fuimos entendiendo la importancia del mobiliario adecuado para una jornada tradicional de trabajo.
Han pasado varios meses y el retorno laboral avanza, tomando fuerza con cada semana que pasa.
El virus y los contagios no han terminado, pero tras un tiempo de experiencia ya tenemos cierto conocimiento y entrenamiento de las conductas apropiadas para practicar la prevención y que la vuelta a las oficinas sea de forma segura.
Hasta antes de este acontecer, la cultura laboral implementaba espacios de trabajo colaborativos, en donde la conexión y la comunicación del equipo es fundamental y se llevaba a cabo de forma libre y espontánea. Al momento de planificar áreas y espacios laborales, era común diseñar en función de la interacción del equipo, en donde las personas compartían ideas, de ese modo se coordinaban hacia resultados compartidos.
Con el uso de estaciones de trabajo grupales, brindamos conexión para las personas sin impedir privacidad y orden. El uso de mesas de reunión grandes y medianas facilitan la cohesión entre colaboradores dando como resultado la sinergia entre los equipos. Y como punto de encuentro entre los colaboradores, tenemos todos aquellos espacios comunes que nos permiten descansos y dispersión, esto es kitchenette, salas meeting o coffee.
Hoy sabemos que se ha producido un giro en estas actividades, es un debido cambio temporal frente a esta emergencia de salud de nivel mundial. La interacción y el contacto son hábitos que por el momento debemos evitar y para ello, queremos destacar 3 grandes ejes que guiaran el camino de la prevención frente a esta situación de pandemia.
Más allá de cambios de infraestructuras o mobiliario, queremos calificar estos tres ejes como tres pilares conductuales, que pueden ser acompañados y ayudados de elementos físicos de prevención.
Estos ejes son: distanciamiento físico, reajuste en carga de ocupación, higiene y sanitización.