¿Realmente sabemos el daño que causamos al planeta? ¿Cuál es el impacto de nuestros actos cotidianos en el medio ambiente? ¿Conocemos nuestra huella de carbono? Muchos de estos daños son irreparables, animales en extinción, daños en los ecosistemas, contaminación del agua y más.
La huella de carbono es el conjunto de gases de efecto invernadero que hemos provocado con actos cotidianos como: usar medios de transportes de combustión, viajes aéreos, consumir y comprar ciertos alimentos, shopping en tiendas de indumentaria, construcción, incluso el consumo de agua, electricidad, gas.
El hombre tiene una responsabilidad indiscutible ante el cambio climático, el alza de la temperatura registrada desde mediados del siglo XX, se atribuye al aumento de la huella de carbono. Nosotros, los seres humanos, estamos terminando con el único vínculo que es capaz de unirnos, la tierra.
¿Estamos a tiempo de girar el timón? Nuestra respuesta es SI, mejorando ciertos habitos en nuestra rutina, que pueden poco a poco ir contribuyendo al equilibrio y a la recuperación de ecosistemas.
Frente al cambio climático y el aumento de emisión de CO2, hay varias cosas que podemos hacer. Una de ellas es la regla de las 3 erres, esto quiere decir, reduce, reutiliza y recicla. Este concepto hace referencia específicamente a reducir el volumen de residuos o basura generada, con esto se pretende desarrollar hábitos de consumo responsable y concientizar a las personas para que de esa manera reduzcan su huella de carbono.
También, existe la reforestación, los árboles nativos son capaces de regular la temperatura y limpiar el aire, filtrar el agua y proteger las napas subterráneas, entre otras características. Permiten también el hábitat para la vida silvestre y la absorción de CO2. Ellos son nuestros grandes aliados y los encargados de producir oxígeno.