Uno de los puntos esenciales que inciden en el bienestar y el rendimiento de los trabajadores es el confort acústico. El ruido es muy contaminante para las áreas de trabajo, de hecho, puede producir daños auditivos y alteraciones fisiológicas o psicológicas, por ello creadores de mobiliarios de oficina han implementado nuevas técnicas de diseño para evitar las molestias sonoras y así lograr un espacio agradable.
El confort acústico es el ruido que no molesta o perturba y que nos permite trabajar tranquilamente sin causar un daño directo a la salud. Existen elementos, materiales y formas de diseñar o zonificar una oficina que permiten aminorar el ruido, sin embargo, es indispensable conseguir hábitos de conducta y comunicación eficientes que respeten unas mínimas normas de convivencia.
Para evaluar la exposición del ruido en oficinas se tiene que comenzar por conocer el grado de molestia expresado por los trabajadores y la identificación de la fuente de éste. En general, se pueden considerar cuatro fuentes de ruido: el exterior, el de las instalaciones, el de los equipos de oficina y el de las personas.
De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto de Psicología de la Universidad Humboldt, las personas para combatir las distracciones del ruido trabajan más rápido, y como consecuencia experimentan mayor frustración y presión, además de un aumento en los niveles de estrés. Estos efectos se ven reflejados en la productividad, ya que las interrupciones breves pueden duplicar la tasa de error en un trabajador.